Rhea, en referencia a la mitología griega, es la personificación de las fuerzas naturales, diosa de la tierra y los animales, a quien se representaba viviendo en lo profundo de los bosques y en las montañas.
Rhea dibuja una poesía inspirada en lo vegetal y en la naturaleza. Combina dos materiales: unas patas de madera maciza y un tablero de travertino.
La estructura de las patas está hecha de roble, con un barnizado natural. El tablero es de travertino de poros abiertos, con dos capas de impermeabilizante, dejando los bordes del tablero en su estado natural (sin pulir).
El tablero de travertino (roca caliza) presenta pequeñas cavidades, lo que le permite tener una textura al tacto, un lado granulado e irregular. Su color refleja la luz. El travertino se recupera y se vuelve a cortar para darle la forma de una hoja. Está cubierto con 2 capas de impermeabilizante, canto rugoso (sin pulir), niveladores. La estructura lleva un sistema de suspensión para fijar la consola a la pared. El mármol (o Travertino) es especialmente sensible a los ácidos (vinagre, limón), a los líquidos que los contienen (vino, zumo de frutas, refrescos de cola) y a los líquidos coloreados (café, tomate, remolacha). Aplicamos un tratamiento que retrasa la penetración, pero la norma es limpiar las manchas inmediatamente sin esperar. Basta con lavar con agua tibia diluida con un detergente suave, que no contenga partículas abrasivas. El tratamiento debe repetirse regularmente, al menos una vez al año.
El tablero de travertino (roca caliza) presenta pequeñas cavidades, lo que le permite tener una textura al tacto, un lado granulado e irregular. Su color refleja la luz. El travertino se recupera y se vuelve a cortar para darle la forma de una hoja. Está cubierto con 2 capas de impermeabilizante, canto rugoso (sin pulir), niveladores. La estructura lleva un sistema de suspensión para fijar la consola a la pared. El mármol (o Travertino) es especialmente sensible a los ácidos (vinagre, limón), a los líquidos que los contienen (vino, zumo de frutas, refrescos de cola) y a los líquidos coloreados (café, tomate, remolacha). Aplicamos un tratamiento que retrasa la penetración, pero la norma es limpiar las manchas inmediatamente sin esperar. Basta con lavar con agua tibia diluida con un detergente suave, que no contenga partículas abrasivas. El tratamiento debe repetirse regularmente, al menos una vez al año.
