Al igual que las marcas de lujo más hermosas y legendarias, la historia de Ligne Roset tiene sus raíces en el patrimonio artesanal francés. Antoine Roset (1841-1893), bisabuelo de los actuales directores Pierre y Michel Roset, es el primero de la línea. Originario de Cruseilles en Alta Saboya, atraído por los magníficos bosques de haya de Bugey, decidió probar su suerte a los 19 años estableciéndose en Oussiat, cerca de Pont d'Ain, donde en 1860 fundó una pequeña fábrica de varillas para sombrillas. Para expandir su negocio, adquirió una propiedad en Montagnieu (Ain) en 1892 e instaló ruedas de agua en el río Brivaz para cortar su madera. En ese momento empleaba a unos treinta trabajadores. Sin embargo, a fines del siglo XIX, las mujeres abandonaron las sombrillas. Como resultado, Antoine Roset decidió convertir sus tornos de madera en patas y estructuras de sillas y rápidamente pasó a fabricar sillas completas: ¡un signo del destino!
A su muerte en 1893, su esposa, Marie-Victorine (1854-1923), tomó las riendas del negocio familiar antes de cederlas en la década de 1910 a su hijo Emile Roset (1882-1946).
Hasta la década de 1930, los "Etablissements Veuve A. Roset" fabricaban sillas con columnas, asientos de caña y de estilo. En 1936, Roset produjo sus primeros asientos tapizados, principalmente en cuero.
Emile Roset murió trágicamente en 1946 en un accidente de carretera. Su hijo Jean Roset (1920-1999), nieto de Antoine, se adaptó rápidamente en el contexto de la reconstrucción posterior a la guerra y cambió rápidamente el enfoque de la empresa (que entonces tenía alrededor de cincuenta empleados) hacia el mobiliario contract. Esta es la época dorada de las adquisiciones públicas. Roset fabrica muebles modernos de inspiración escandinava para una variedad de instituciones, incluyendo colegios, escuelas secundarias, universidades, hospitales y hogares de retiro. Aunque el material de elección sigue siendo la haya, económica y fácil de mecanizar, Roset también utiliza maderas preciosas como el caoba o el palisandro e innova al combinar metal e incluso plástico. Roset amuebla las universidades de París, Grenoble, Chambéry..., las salas de conferencias de INSA Lyon e incluso el campus de Antony, cerca de París, que acoge a las primeras parejas de estudiantes. Camas, sillas, mesas... el diseño ya se realizaba en colaboración con arquitectos y el "negocio contract" se mantuvo muy activo hasta la década de 1960. Transformada en sociedad anónima en 1956, la empresa Roset realmente nació en 1965.
Jean Roset vio, en la explosión de creatividad de los años 70, la oportunidad oportuna para revitalizar su empresa redirigiendo la actividad hacia el mercado doméstico. Fascinado por lo contemporáneo, comenzó a trabajar con arquitectos de interiores y diseñadores, como Michel Ducaroy, creador en 1973 del sofá Togo, una pieza icónica atemporal que vendió más de 1.2 millones de unidades. Claire Brétécher ilustraría muchos dibujos de sus "Frustrés" revolcándose en el Togo... Roset entonces se percibía como una marca poco convencional, incluso subversiva. Jacques Séguéla también firmó una campaña publicitaria para la marca con una mujer sentada en un sofá Roset, pelando guisantes: la imagen de la ama de casa moderna. El año 1973 es decisivo, ya que también es cuando Ligne Roset se convirtió en una marca oficial. Invertir en la creación fue la primera idea que llevaría a la empresa al éxito. Hoy en día, Ligne Roset colabora con más de 70 diseñadores de todo el mundo y de diversos orígenes, nuevos talentos recién salidos de la escuela o estrellas mundiales confirmadas. ¿La segunda idea? La ambición de convertir a Ligne Roset en una verdadera marca, con una red de distribución con su propio nombre. ¡Una verdadera innovación en el mercado de muebles de la época! Las primeras tiendas bajo la marca Ligne Roset se abrirán a partir de 1973. La exportación será el tercer instinto fundador y pionero, con el primer establecimiento en Alemania en 1967. Hoy, su presencia internacional representa el 60% de la actividad total.
En 150 años, la marca Ligne Roset se ha convertido en el símbolo de una elegancia de vida, sinónimo de lujo moderno, conocida por sus colaboraciones ingeniosas tanto con talentos establecidos como emergentes en el diseño contemporáneo. La marca ofrece a los consumidores un estilo de vida completo en el que vivir audaz y hermosamente a través de sus colecciones de muebles y accesorios decorativos complementarios como iluminación, alfombras, textiles y artículos ocasionales. Un mundo aparte, donde ciertos productos, como el Togo, ahora forman parte de la leyenda del diseño del siglo XX. En Ligne Roset, la apertura mental es una estrategia empresarial, la creatividad una filosofía, el no conformismo una política, la curiosidad intelectual un rasgo de carácter. Para Michel Roset, la industria y la cultura pueden ir de la mano: "Una silla o un mueble de Ligne Roset siempre es más que madera y espuma. Las estrellas del diseño contemporáneo han entendido esto muy bien, desde los hermanos Bouroullec (sillas Facett) hasta Pierre Paulin, quien eligió la empresa francesa para fabricar sus últimas creaciones (sillón Anneau, etc.), para reeditar su escritorio CM 141, su silla de televisión, o para producir por primera vez para el mercado doméstico los asientos Pumpkin, directamente inspirados en los diseñados en 1971 para el Palacio del Elíseo bajo Georges Pompidou.
