Mauro Lipparini

La intensa actividad de Lipparini en el campo del diseño industrial abarca el diseño de muebles y también de casas y oficinas, textiles y otros productos creados por numerosas compañías en Europa y Japón. En lo que respecta a la arquitectura y el diseño de interiores, se centra en edificios residenciales y comerciales como sedes empresariales, tiendas, restaurantes y espacios de exposición. Además, diseña y produce sistemas de identidad corporativa e imágenes avanzadas que incluyen desde material gráfico a servicios y producción editorial. El estilo de Lipparini, basado en formas reducidas y claras, de líneas vigorosas, características del minimalismo natural, está fuertemente influenciado por la alegría de espíritu y por un contagioso sentido del placer estético y la creatividad. A través del uso libre de los colores, estructuras orgánicas e ideas visuales originales, Lipparini amplía la paleta del minimalismo mediante la convergencia de lo inmediato con la potencia de la calidad estética, en una nueva era de madurez y sentido del bienestar. Para Mauro Lipparini, el diseño surge de la inevitable tensión entre estética y función, arte y aplicación. Su trabajo hace posible que un producto se convierta en algo simpático e interesante, un objeto funcional o superfluo en otro cargado de sentido estético y semántica, enriqueciendo el paisaje doméstico. Logra que un espacio y su ergonomía cobren vida con un significado en continua renovación. El diseño genera deseos que mejoran la calidad de vida, nos permite ver el progreso con una mayor implicación, interpreta el concepto de función y, por lo tanto, la percepción del propio hábitat como algo apasionado y placentero. El diseño no es la aplicación de una forma al modo de un maquillaje; es el propio objeto, es la tradición, la cultura que permite que las personas tengan una contacto más o menos indirecto con la vanguardia intelectual a través de la democratización del arte. Puede ser más o menos poético, constructivo y considerado, pero siempre debe forzar los límites del riesgo, echando al olvido hábitos y costumbres. Estas consideraciones forman la base de mi trabajo y, a través de líneas simples y dinámicas, abstracciones gráficas, composiciones y descomposiciones puramente geométricas, estoy siempre tras la pista de la belleza y el placer, con un ojo en la fusión de forma y función. Un minimalismo natural de formas reducidas, con atención particular a los materiales, los colores, las superficies, a lo fino y lo grueso, a la luz y la sombra.