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Retrato del diseñador %name%

Jean-Baptiste Vigneron

Nací el 18 de noviembre de 1993 y crecí en la campiña de Tours, entre árboles, campos, tractores, talleres y libros de ciencia popular. Siempre tuve la misma obsesión: construir. Posteriormente, seguí un curso científico con una inclinación por las ciencias de la vida, lo que racionalmente me llevó a los estudios de farmacia que interrumpí al final de mi tercer año. A los 22 años, decidí darle un sentido, una dirección a mi vida, en perfecta armonía con lo que soy: un creador y un aventurero. Me consolidé en mi elección mediante concursos (concurso Lépine, salón de jóvenes inventores y creadores, concurso Cinna) y reuniones. Hoy busco la belleza universal, la proporción correcta, seguramente la búsqueda de una vida. Desarrollo mis piezas entre la oficina y el taller. Creé mi negocio de ebanistería para llevar a cabo esta aventura con fuerza. Es una especie de matriz financiera y técnica. "No sabían que era imposible, así que lo hicieron" Mark Twain. Mi inspiración viene de la naturaleza, de su comprensión. Soy contemplativo, la miro con candidez, con los ojos bien abiertos. Me inspira todo lo que pueda hacer que mi espíritu se agite. Es esta sensación particular la que busco reflejar en los objetos. Mi objetivo al crear una pieza es ilustrar lo mejor posible lo que me ha maravillado –una materia, un concepto, una técnica, para poder compartir esta emoción con los demás. Creo que en una creación con éxito, todo es hermoso. Lo estructural es estético. No necesita ser cubierto o decorado. Es mejor sublimar que esconder.